El Palacio de Margarita de Austria en Malinas

El Palacio de Margarita de Austria

En el centro de la Grote Martk de Malinas se levanta la estatua de Margarita de Austria, tía de Carlos V, quien vivió en Malinas mientras era regente del reino de los Países Bajos. Por si no lo sabéis, Malinas fue durante los siglos XV y XVI la capital de los Países Bajos. En Malinas se le tiene mucho cariño, porque nos legó uno de los palacios más bonitos de la ciudad. Bonito tanto por su arquitectura como por la delicadeza de sus jardines.

Se trata del Palacio de Margarita de Austria, construido en el siglo XVI, una soberbia residencia que es hoy uno de los lugares más visitados de la ciudad. No os equivoquéis porque en Malinas hay otro palacio de nombre parecido, el Palacio de Margarita de York. Y es que, como leí en uno de los folletos turísticos del hotel en el que me alojaba, Malinas le debe su belleza a sus monarcas mujeres.

Aquí pasó buena parte de su juventud Carlos V, bajo los auspicios y la mirada atenta de su tía Margarita, gobernadora de los Países Bajos. Lo que no sabía es que, en 1513, a este palacio llegó una desconocida en aquella época Ana Bolena, quien aprendió frances y otros modales en la corte de Malinas.

El Palacio de Margarita de Austria fue uno de los primeros palacios de estilo renacentista que se construyeron en los Países Bajos. Precisamente, si no sois muy entendidos en arquitectura, sí percibiréis la magia del renacimiento en la exquisitez de sus jardines. Casi resulta más placentero perderse en ellos que la visita al interior del palacio mismo.

Desde el jardín se tiene, sin embargo, una panorámica preciosa del edificio. Su galería de arcos, los ventanales, el tejado de pizarra y las clásicas terminaciones en forma de triángulo de los edificios de esta zona de Europa lo hacen muy llamativo. Del interior os destacaría sobre todo el impresionante techo renacentista del Salón del Trono, toda una obra de arte.

Hoy en día el palacio alberga el Tribunal de Justicia de la ciudad, algo que no le resta turistas, ni mucho menos. Os tengo que comentar que no os dejéis llevar por la impresión un tanto austera y sobria que tendréis del palacio al verlo desde la calle. El interior es suntuoso y placentero de recorrer, especialmente los jardines. La pena es que sólo la cara sur del palacio pertenece a la época original en la que fue construido.

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