Las murallas de Tongeren

Tongeren

Detrás del barrio del Beguinaje de la ciudad de Tongeren se encuentran los restos más significativos de sus interesantes murallas medievales. La visión de las mismas es preciosa e idílica, a orillas del río Jeker. La construcción semicircular data del siglo XIII y está construida principalmente con piedras de sílex que procedían de Roma.

Cada torre de las murallas estaba custodiada por uno de los oficios de la ciudad. Es por eso que algunas se conocen como «la torre de los encargados de la tela» o «la torre de los comerciantes».

Debido a la destrucción de la ciudad en 1213 por las tropas del Duque Enrique I de Brabante, Tongeren comenzó a construir una muralla medieval en torno a 1241. Esta muralla rodea hoy en día el centro de la ciudad. Las partes mejor conservadas se encuentran junto a la Leopoldwal y el Elfnovemberwal.

En el siglo XV las murallas fueron en parte derruidas. Más tarde, en el siglo XVII, las tropas francesas destruyeron varias puertas de la ciudad. Los muros fueron reparados en gran medida en el siglo XIX gracias a la modernización de la ciudad.

La Moerenpoort o Puerta de Moeren fue construida en 1379. Cuando las tropas francesas demolieron varias puertas de la ciudad en 1673, la Moerenpoort sobrevivió.

En 1892 la puerta fue restaurada gracias a la Sociedad Histórica de la ciudad. Después de una segunda restauración en 1958, la Moerenpoort se convirtió en un museo de armas. La torre consta de tres habitaciones donde podéis obtener más información de la historia militar de Tongeren. Desde su altura se puede conseguir una preciosa vista panorámica de la ciudad.

En los bordes del antiguo centro de la ciudad se pueden apreciar unos interesantes restos de la muralla romana del siglo II, concretamente una pared de cuatro metros y medio de largo. Su altura era aproximadamente de seis metros y estaba fortificada, a intervalos regulares, por torres redondas.

Fosos profundos completan el sistema de defensa exterior. Puertas monumentales daban acceso a la ciudad. Durante la Edad Media, gran parte de esta muralla fue derruida a fin de que las piedras pudieran ser utilizadas para otras construcciones. Junto a este muro se halla hoy un precioso paseo, que va desde el Bilzerweg hasta el Luikersteenweg.

Justo al lado de la Basílica de Nuestra Señora se puede ver una torre romana del siglo IV. Forma parte de la muralla romana de defensa y fue construida sobre una antigua mansión de lujo de los siglos II y III. El sitio arqueológico está delimitado por el muro de defensa de la Basílica, que data del año 1100. Entre la muralla romana y este muro del siglo XII se encuentra un fragmento de la primera pared de la iglesia.

Ya ves, unas murallas aparentemente simples pero que están cargadas de Historia.






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