La Iglesia de San Sulpicio, en Diest
Uno de los más antiguos e interesantes monumentos que podemos encontrar en la ciudad de Diest, en Bélgica, es la Iglesia de San Sulpicio (o de Saint-Sulpice). Aparte de su interés como edificio antiguo, en su interior guarda un complejo sistema de predicción de los equinoccios y además, cuenta con un órgano del siglo XVIII que aun se utiliza para realizar conciertos de manera habitual. Erigida en honor a San Sulpicio Pío, es la segunda mayor iglesia de Diest y un edificio realmente singular y que inspiró la construcción de la Antigua Catedral de Managua.
Fue construida en el lugar que antaño ocupara una antigua iglesia románica, hasta bien entrado el siglo XIII y que se fue ampliando y reformando hasta mediados del siglo XVII, época en que se inició la construcción de la actual iglesia. Las obras se prolongaron por más de un siglo, y su resultado fue un sencillo templo de dos plantas y cuya cara oeste está adornada por dos hileras de columnas, grandes ventanales, y sus dos asimétricas torres en los extremos.
La Iglesia de San Sulpicio, que se construyó en varias fases entre los siglos XIV y XVI, muestra esta dilatación en el tiempo de su construcción mediante los diferentes materiales utilizados para ello (y cuyo contraste se puede apreciar a simple vista), destacando la arenisca que da forma a la nave principal o la piedra blanca que abunda en su inconclusa torra del siglo XVI. La decoración del interior posee elementos decorativos de varias épocas. Uno de los más impresionantes es su órgano, construido en el año 1862 por Aristide Cavaille-Coll y que tiene la friolera de 15.836 tubos.
En cuanto a las obras de arte que guarda en su interior, hay que destacar dos pinturas de Delacroix que se encuentran en la capilla lateral, una de ellas dedicada a Jacob luchando con el ángel y la otra a Heliodoro siendo expulsado del templo. También la escultura que se encuentra en el exterior conocida como «Fuente de los Cuatro Obispos» y que fue realizada por el escultor y arquitecto Joachim Visconti en el año 1844.
Pero la joya de esta iglesia es el curioso mecanismo para predecir la llegada del equinoccio, diseñado por un relojero de origen británico llamado Henry Sully. El sistema consta de una columna que marca las horas mediante la proyección de su sombra en el suelo y la reflexión de la luz solar en una línea de latón incrustada en el suelo. Durante los días 21 de Marzo y Septiembre, la luz reflejada por el latón ilumina una placa de forma ovalada que está frente al altar, señalando así los días exactos de los equinoccios.
Foto vía: members.virtualtourist