Historia de Gante, la ciudad portuaria de los condes

Castillo de Gerardo el Diablo en gante

Las investigaciones arqueológicas han demostrado que hubo asentamientos humanos en Gante durante la prehistoria. Sólo más tarde, en la época romana, comenzó a crecer el núcleo de la ciudad cerca de la confluencia de los ríos Escalda y Leie. El nombre flamenco de Gante proviene seguramente de la palabra celta Ganda, que significa precisamente confluencia.

Fue alrededor del año 630 cuando la ciudad siguió creciendo a raíz de la abadía de San Pedro, más tarde Abadía de San Bravo. Más tarde fue fundada una segunda abadía denominada Blandijnberg. En torno a estos dos centros religiosos fue donde se aglutinó el desarrollo de la ciudad. Esta primera población fue lo suficientemente importante como para crear un puerto con actividad comercial.

Carlomagno le brindó una flota para protegerla contra los vikingos. Éstos atacaron Gante entre el 851 y el 879, y la saquearon. Poco después se construyó una primera fortificación de madera para protegerla mejor. Se ubicaba donde se encuentra ahora el impresionante Castillo de los Condes, que puedes visitar hoy en día.

Durante los siglos XI y XII Gante pasó a convertirse en un importante centro comercial, sobre todo comerciando con los países ingleses la lana. En 1178 el conde Felipe de Alsacia transformó la fortificación de madera en el Castillo de los Condes actual. En el siglo XIII la ciudad se rigió por una oligarquía de patricios que defendía sus propios intereses, en contra del conde.

Durante la Guerra de los Cien Años, Gante se alió con el ejército francés. La ciudad sin embargo dependía enormemente de la importación de lana inglesa, con lo que el pueblo pidió a Jacob van Artevelde preservar el comercio y las relaciones con Inglaterra. A través de estas acciones diplomáticas se logró evitar un conflicto con el rey francés.

Abdicación de Carlos V

En el siglo XV Gante logró recuperar sus importantes privilegios en virtud de la joven duquesa de Borgoña, María. Su matrimonio con Maximiliano de Austria trasladó a los Países Bajos la casa de los Habsburgo. El nieto de María y Maximiliano nació en Gante en el 1500: Carlos V. A pesar de nacer en esta ciudad, los ciudadanos de Gante fueron castigados por el emperador al no querer pagar más impuestos a consecuencia de la guerra.

Bajo el reinado de Felipe II, hijo de Carlos V, Gante sufrió, como la mayoría de las otras ciudades de Flandes y los Países Bajos, los contínuos problemas entre católicos y protestantes. Mucha gente abandonó la empobrecida Flandes asentándose en Inglaterra o Alemania. No fue sino gracias al archiduque Alberto e Isabel cuando Gante pudo de nuevo prosperar.

La situación económica mejoró gracias a la construcción del canal entre el puerto de Gante y la ciudad de Ostende. Sin embargo, la guerra nunca anduvo lejos de Gante, especialmente cuando Luis XIV de Francia conquistó en reiteradas ocasiones Flandes. El período austríaco de Gante en el siglo XVIII trajo de nuevo la paz y la prosperidad. Nuevas industrias se desarrollaron, como las refinerías de azúcar y las fábricas de algodón.

En 1795 los Países Bajos austríacos fueron anexionados por Francia. La industria del algodón empezó a florecer a partir del 1800. Un ciudadano de Gante, Lieven Bauwens, hacía contrabando para una fábrica de algodón en Inglaterra. Gante se convirtió en uno de los más importantes centros industriales del imperio francés. Después de la batalla de Waterloo y la derrota de Napoleón, los Países Bajos franceses se unieron a Holanda.

El rey Guillermo I fundó la Universidad de Gante en 1817 y construyó el canal de Gante Terneuzen. Así la ciudad siguió creciendo como un gran centro industrial. El número de habitantes se triplicó en el siglo XIX. Las condiciones miserables de trabajo dio lugar a la creación del primer sindicato belga. Gante también desempeñó un importante papel en el movimiento flamenco.

Ahora Gante tiene una población de 250.000 habitantes y es la capital de la provincia belga del Flandes oriental.

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