Misterios y leyendas en la Abadía de Orval
La Abadía de Orval, situada en el bosque belga de las Ardenas, es un lugar muy misterioso. El nombre de Orval significa Valle de Oro, y quizás no sea casual su nombre. Cuenta la leyenda que en alguna parte de la abadía se esconden dos importantes tesoros, el de los Caballeros Templarios y el tesoro de guerra de Luis XVI y María Antonieta.
Pero eso no es todo. Algo tiene que tener este lugar para que Nostradamus escribiera en la abadía la mayoría de sus profecías. En el año 1070, 29 años antes de la Primera Cruzada, varios monjes de Calabria, al sur de Italia, llegaron al bosque de las Ardenas, propiedad de Godofredo de Bouillon. Estos monjes recibían el nombre de Ursus, que según los documentos del priorato, eran descendientes de Jesucristo.
Los monjes fueron recibidos por el Conde Arnould de Chiny, y por la tía de Godofredo y madre adoptiva de Matilde de Toscana. la Duquesa de Lorena. De Matilde recibieron las tierras con las que hoy se conoce a Orval, no lejos de Stenay, donde una vez fue asesinado el rey Dagoberto II. Antes de que los monjes se establecieran en Orval, no había aquí ningún asentamiento humano, aunque fueron descubiertas muchas tumbas merovingias en la zona.
Una conocida leyenda cuenta que el monasterio nació de la gratitud. Matilde, mujer viuda, había perdido su anillo de oro de boda, cuando se le cayó accidentalmente en un río. Ella rezó a Dios y de repente, apareció una trucha sobre las aguas con el anillo de bodas en la boca. Matilde exclamó: «En verdad, este lugar es un Valle de Oro». Hoy en día se puede visitar el lugar donde Matilde perdió su anillo.
Hay muchos más misterios y leyendas en la Abadía de Orval que os iremos contando sucesivamente. Y es que, sólo con la sola presencia de la abadía, ya nos podemos imaginar que un lugar como este no ha podido pasar desaparcibido para la historia ni el misterio.