Lobbes y la Colegiata de Saint Ursmer
Os recomiendo que, siempre que podáis, alquiléis un coche en vuestro viaje a Bélgica. Al menos un par de días, ya que en este país se mueve uno muy bien en tren. Sin embargo, hay excursiones que valen la pena hacerla con más calma, pausadamente, recorriendo pequeños pueblos de enormes prados verdes, casitas de tejados rojos e imponentes iglesias.
Una de estas zonas es la provincia de Hainaut. Se trata de una enorme extensión de pequeños pueblos escondidos en los bosques. Tal vez uno de los más bonitos y visitados sea Lobbes, situado a unos 20 kilómetros al suroeste de Charleroi. Esta pequeña ruta en coche os llevará a contemplar el hermoso paisaje del valle del Sambre.
En este recorrido, además de ver la hermosa Abadía de Aulne y Thuin, con su iglesia del siglo XVII, llegaremos a Lobbes. Como la mayoría de los pueblos, sobre sus tejados rojos se alza una imponente iglesia. En este caso concreto lo hace la Colegiata de Saint Ursmer, una de las iglesias más antiguas de Bélgica, ya que sus orígenes los tenemos que encontrar en el siglo IX.
Esta Colegiata de Saint Ursmer es el único vestigo que queda en Bélgica de iglesia carolingia. Para muchos, tanto por su posición como por su imponencia, casi parece más bien una ciudadela que una iglesia.
Aunque, sin embargo, su verdadera joya es un poco más antigua. Se trata de la cripta, del siglo VII, situada bajo el coro del templo. Allí se pueden visitar los sarcófagos de los santos Ursmer y Hermin, ambos del siglo VIII. Y es que ya de por sí la historia de Lobbes viene de la época romana. Lo atestiguan los restos de un pequeño templete a Marte en el lugar donde se halla hoy la colegiata.
Realmente Lobbes se visita especialmente por esta iglesia, por la tranquilidad de sus calles y paisajes, y también porque coge de camino para ir hasta Chimay, apenas 40 kilómetros más al sur. Yo os recomendaría visitarla como os decía al principio, haciendo el recorrido en coche. No os podéis ni imaginar las grandes extensiones de verde que tiene Bélgica.
Una oportunidad de hacer turismo desconocido por Bélgica. País maravilloso, especialmente para mí en otoño, cuando hay una explosión de colores fascinante en sus campos. Y Lobbes está rodeada de ellos, así que…