El Royal Zoute Golf Club, visita obligada
Hay quienes lo consideran el mejor campo de golf del mundo. Y no exageran. De hecho fue premiado en 1992 por ser el circuito más destacado a nivel profesional. El Royal Zoute Golf Club, ubicado en Knokke-Heist, un municipio de la provincia belga de Flandes Occidental, recibe jugadores de los cinco continentes que llegan especialmente para asumir el desafío de caminar sus 18 hoyos y bajar el par de cada uno de sus dos circuitos, uno par 72 y otro par 64.
El club fue fundado en 1909 y desde un principio se siente su fuerte influencia de Inglaterra. No sólo se pensó con la intención de ofrecerle un lugar a los deportistas, sino a toda la familia, por tal motivo se construyó un lujoso Club-house en el punto más alto, donde en aquel momento había una vista al mar fascinante.
Todo marchó sobre ruedas hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial. En 1914 tuvo que suspenderse el juego, los alemanes utilizaron el campo como base militar: los búnkeres alojaron cañones de 280 mm para defender el Zeebrugge y el estuario del río Escalda.
Una vez que terminaron los enfrentamientos tuvo que rediseñarse el circuito ya que las carpetas de césped se habían estropeado casi por completo y se habían descuidado los montes y los roughs [sectores con el césped más alto]. Para 1925 alcanzó su máximo esplendor, al punto que consiguió un título real.
El diseño del campo de juego es estrecho en un principio, con distintas islas de árboles estratégicamente ubicadas. Llevar la pelota por fuera del fairway puede convertirse en un flagelo. El marco que da la vegetación, más allá de la trampa deportiva que representa, es muy bello, hay abedules, pinos, setos y álamos. Los greens están cuidados al máximo. La mejor parte del recorrido son los hoyos abiertos, como el 9, par 4, y el 12, par 5. Aunque están plagados de ondulaciones y búnkers el paseo es estupendo.
El dibujo general de la cancha se resolvió con la intención de que ningún hoyo esté en la misma dirección, para así obligar al deportista a tener en cuenta siempre la potencia y los cambios del viento. Ningún golfista que visite Flandes puede pasar por alto la visita a este campo de juego.