Las patatas fritas, un invento belga

Patatas fritas

De tanto en tanto es interesante hacer algunas aclaraciones, y más en enfrentamientos que llevan tanto tiempo. Bélgica y Francia se han disputado históricamente el origen de las patatas fritas. A esta altura se puede decir que son un invento belga, aunque es necesario hacer algunas salvedades.

La patata frita no es un tema menor: es uno de los alimentos más consumidos en el mundo. Acreditarse su invención es llevarse una bandera realmente grande. La diferencia principal entre la patata frita belga y la francesa es que unos la fríen con aceita y grasa, y otros únicamente con aceite.

He allí el punto. Los belgas, además de agregarles grasa a la cocción -lo cual le brinda un sabor único- lavan y secan muy bien las patatas antes de introducirlas en la freidora. De esta forma le quitan todo el almidón y logran una consistencia mucho más crocante.

La crónicas belgas narran que las primeras recetas son oriundas de la región del río Meuse, entre las ciudades de Lieja y Dinant. El menú típico de aquella zona eran pequeños pescados que atrapaban artesanalmente. Los comían fritos con muy poco condimento. El problema se suscitaba en inverno, el río se congelaba entonces no podían pescar. El sustituto inmediato eran las patatas. Aceite tenían, entonces las freían enteras. Como tardaban demasiado tiempo en hacerse, comenzaron a cortarlas en rodajas. Cada vez las cortaban más finas hasta que encontraron el punto justo, tanto para aprovechar el sabor como para optimizar el aceite y el fuego.

El primer paso hacia el éxito tuvo lugar en 1861, año en que un feriante de apellido Frits tuvo la excelente idea de abrir una tienda de venta al público y comercializarlas. El estallido definitivo fue durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Los ejércitos americanos e ingleses que pasaban por la región comenzaron a consumirlas masivamente. Ellos le pusieron el clásico nombre French Fries, porque los soldados belgas de esa zona usaban el idioma francés con lengua oficial.

Actualmente, la patata frita es un símbolo de la gastronomía belga. Verás que en todas las principales ciudades se pueden comprar en la calle, en tiendas especializadas. Hay que reconocer que son verdaderamente deliciosas.

Foto vía: territorioliberado

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