La estatua de Los amantes, en Brujas
Pasear por las calles de Brujas es una experiencia artística, su arquitectura y su infinidad de detalles urbanos proponen un recorrido interminable, incluso para aquellos que ya sienten que conocen la ciudad de punta a punta.
Es uno de esos destinos que nunca deja de sorprendernos. Por ejemplo, escondida en una pequeña plaza, se alza una bella escultura titulada Los amantes, realizada por los artistas Stefaan De Puydt y Livia Canestraro.
La plaza está ubicada lejos del circuito turístico convencional: sobre un extremo de la célebre Plaza del Ayuntamiento se extiende un sendero arbolado; a mitad de camino, sobre un pedestal, está la pieza escultórica. Es un espacio muy tranquilo -tal vez descuidado- que invita a sentarse y descansar, perfecto para el verano o la primavera por el resguardo de sombra que hay durante todo el día.
Los amantes está trabajada en metal y presenta a dos figuras, un hombre y una mujer, que están a punto de besarse mientras se toman de la mano. Ellos están de pie, se miran la boca el uno al otro, reflejan la tensión del enamoramiento casual. Él cubre su rostro con una máscara veneciana, parece un personaje típico del carnaval veneciano; ella se deja envolver en una suerte de velo que expresa un movimiento armónico.
En distintos sectores de la pieza se encuentra garabateada la palabra Amor en distintas lenguas (italiano, francés, holandés, español, inglés y alemán, entre otras). El simbolismo es bien directo, no busca lecturas metafóricas ni interpretaciones crípticas.
La plazoleta donde está ubicada Los amantes es perfecta para llegar en bicicleta o caminando. Está muy cerca del centro neurálgico de la ciudad y realmente genera ganas de hacer una pausa. No es una escultura de primerísimo orden ni mucho menos, pero sí hay que reconocer que está esculpida con un criterio estético -por momentos de corte cubista- muy acorde con el entorno.
No es casual que en Brujas haya una escultura con este título; se la denomina la Venecia del Norte, una ciudad con muchísimas historias de amoríos, que ocuparon las principales páginas de la literatura de finales del siglo XVI.
Foto vía: standbeelden.be