La Brusselpoort, puerta de entrada a Malinas
Malinas es una de las ciudades más históricas de Bélgica. Y eso que, desde el punto de vista turístico, siempre anda detrás de otros lugares como Bruselas, Brujas, Gante o Lovaina. Sin embargo, la riqueza patrimonial de esta antigua sede primada es de tal calibre que bien le podemos dedicar al menos un par de días para recorrerla.
Hoy precisamente queremos ahondar en su historia, porque nos situamos frente a la Brusselpoort, la única puerta de las doce que se conserva de la vieja Malinas. Construida en el siglo XIII, su aspecto imponente ya nos da a entender que era la Overste Poort, es decir, la Puerta Superior, la más importante de todas las que existían.
La encontráis a las afueras del centro histórico, precisamente en dirección a la ciudad que le da nombre (era lo típico de la época). Las murallas de Malinas se levantaron con piedra de Tournai entre 1264 y 1268, y con ellas las doce puertas de las que constaba. En el siglo XVI se rebajaron las torres para adecuarse al nuevo modelo urbano de la ciudad.
Estas murallas fueron demolidas poco a poco, hasta que en 1900 ya solo quedaba esta Brusselpoort. Fue el propio Napoleón quien, en 1806, recomienda echar abajo todo el sistema defensivo para poder agrandar la ciudad. Las murallas ya habían perdido su condición de fortaleza militar.
De puerta de paso para la salida y entrada a la ciudad, a comisaría, centro para jóvenes e incluso taller de trabajo del artista Alfres Ost. Son muchos los usos que ha tenido esta puerta hasta el día de hoy. Actualmente alberga el Museo de Historia de Malinas, con una colección de piezas que abarcan desde el siglo XI hasta la época contemporánea.
Os recomiendo situaros frente a ella para tomar las fotografías de rigor. La Brusselpoort es el único recuerdo que le queda a Malinas de su pasado amurallado. El estilo medieval de aquella ciudad se quedó en sus muros. De paso entrad al museo para conocer precisamente la historia de Malinas.
Foto Vía Los Viajes de David y Neus