Vise, la ciudad de la ocas
La ciudad de Visé se encuentra a 21 kilómetros de Lieja. Es un pequeño municipio de 17.000 habitantes situado junto al río Mosa, muy cerca de la frontera con Holanda. Visé tiene la particularidad de ser la única población valona cuyo idioma oficial es el francés.
Visé fue evangelizada en el siglo VII por San Lambert, obispo de Lieja, que construyó aquí una iglesia. Y todo porque, desde aquella época, Visé ya formaba parte de un perfecto lugar estratégico a orillas del Mosa.
Hasta 1310, Visé perteneció completamente al ducado de Lieja, pasando luego a formar parte del príncipe-obispo de la ciudad, Thibaut de Bar. Las murallas de Visé se construyeron en 1330, y no terminaron de conformarse hasta 1429, con el príncipe-obispo Jena de Heinsberg. Desde entonces, gracias a su puerto y su mercado, Visé se convirtió en una de las ciudades más importantes del principado de Lieja.
La estratégica situación de Visé, como puente de unión entre Lieja y los Países Bajos no sólo le trajo enormes parabienes, sino que también por ello sufrieron grandes problemas.
En 1106, tuvo lugar en sus cercanías una cruenta batalla contra las milicias de Lieja, ya que las tropas de Visé se rebelaron contra el emperador Enrique IV. También en 1476, la ciudad fue sitiada por el príncipe-obispo Jean de Arckel.
Más tarde, en 1468, las tropas del Duque de Borgoña, Carlos el Temerario, saquearon Visé destruyendo las murallas de la ciudad. Lo mismo hizo Luis XIV, cuando instaló su cuartel general en Visé para sitiar Maastricht en 1673.
Durante la Primera Guerra Mundial, los alemanes entraron en Visé el 4 de agosto de 1918, y quemaron la ciudad 11 días más tarde. Estos acontecimientos, conocidos como las Dos Semanas Trágicas de Visé, causó la destrucción de más de 600 casas y todos los edificios públicos, incluido el Ayuntamiento y la Catedral.
La ciudad fue completamente reconstruida en las década de los 20 y de los 30. El Ayuntamiento, un bello edificio de estilo mosano de 1613, fue reconstruido en 1925 y restaurado por completo en el 2006. Su aguja, de más de 34 metros de altura, conserva una especie de cáscara donde se ubica un reloj que canta las horas en el cielo de Visé.
En la Plaza del Mercado se halla una preciosa escalinata que simboliza los derechos concedidos a los burgueses. La primera de estas escalinatas data del siglo XII. La Iglesia de San Martín está considerada la Catedral de Visé desde 1338. Fue construida junto a los muros de la ciudad, aunque su ubicación fue suprimida por los borgoñones en 1467 y muy castigada por los alemanes en 1918. Sólo se conserva de la primitiva iglesia el coro y las vidrieras. En su interior, debemos visitar las reliquias de San Adelino, colocadas desde el 1046 en un santuario de plata por el Obispo de Lieja Wazon.
El santuario está considerado como una de las joyas más excelsas del arte mosano. Desde 1788, cada 25 años se conmemora en Visé la llegada del santuario y de las reliquias a la ciudad. La próxima conmemoración está prevista para el 2013. También, todos los años, el tercer domingo de septiembre, el santuario se transporta en procesión por las calles de Visé.
Visé es conocida curiosamente como la ciudad de las ocas. Durante el asedio de la ciudad por parte del Obispo Jean de Arckel en el siglo XIV, sus tropas capturaron a un joven criador de ocas, quien comenzó a cocinar unas exquisitas ocas que, desde entonces, se han convertido en la especialidad gastronómica de la ciudad. Su receta aún se mantiene en secreto por las familias más antiguas de Visé. Incluso, en 1987 se creó la Hermandad de la Deliciosa Oca de Visé, con el fin de mantener la tradición. Los miembros de la hermandad llevan una medalla que muestra una oca vestida como un cocinero, y que prepara, precisamente, una deliciosa oca.