La Granja de Hoeve Spreeuwenburg, entre Brujas y Gante
¿Estáis buscando hacer turismo rural en estas fechas que se acercan por alguno de los hermosos rincones de Bélgica?. Si no se os había ocurrido ni tan siquiera, hoy os vamos a recomendar algo muy interesante. En Bélgica hay numerosas granjas, en el sentido exacto de la palabra, en el que podéis hacer este tipo de turismo. Obtendréis una habitación confortable, un salón para desayunar y comer, aunque eso sí, viviendo cómo no en una granja.
Aunque muchas de estas granjas, no os asustéis, no lo son en absoluto, o sea, no tienen animales, sino que más bien se usan como retiros turísticos. Quizás podáis encontrar algún caballo, pero más bien para montaros en él y dar un paseo.
Por ejemplo, Hoeve Spreeuwenburg, que es una verdadera granja, pero en la que no tendréis que alimentar a los pollos, o ser despertados por un tractor a las seis de la mañana. Lo que os despertará será el aire fresco y sobre todo el olor del sabroso desayuno de las mañanas.
Pasear en bicicleta aquí es sencillamente maravilloso. Hay infinidad de caminos, colinas arriba y abajo. Los árboles marcan el camino a seguir, a lo largo de las vías navegables en los pólderes. O si preferís una excursión más larga, Gante está a sólo 40 kilómetros, y Brujas a 50.
Si el paseo es a pie, podéis ir a comer a unos cinco minutos de caminata a una enorme cabaña cerca de la frontera neerlandesa. El lugar es conocido como el Roste Muis, la Red Mouse. Allí hay que probar los que sin duda pueden ser los mejores mejillones del mundo, traídos desde el pueblo holandés de Filipinas, a 15 kilómetros escasos. No sabemos en realidad sin son los mejores del mundo o no, pero sí que han erigido una enorme estatua de un mejillón en el centro del pueblo. Por algo será, ¿no?.
Por desgracia, hay una temporada de mejillones. No se suelen servir antes de julio, por lo que ya lo sabéis. Sin embargo, la alternativa no es mala. Casi todos los restaurantes de Filipinas ofrecen unos espárragos blancos maravillosos, así como una elaborada selección de vinos blancos. No os perdáis tampoco el desayuno en Hoeve Spreeuwenburg, que además es muy barato. Además, los dueños de la granja suelen ser muy amables y os enseñan rutas que podéis hacer durante el día.
La granja tiene tres grandes habitaciones, cada una de ellas con un baño privado. Hay mesas de picnic y sillas en la terraza. También en cada habitación hay una pequeña nevera y calefacción eléctrica. Si preferís comer más barato, se puede comer en la propia granja. Verdaderamente es una estancia muy tranquila y relajada. Los inquilinos no suelen ser muchos, y los que hay, buscan como vosotros un poco de paz y disfrutar del paisaje, así que podéis poner en común caminos que hayáis descubierto el día anterior.
La sala del desayuno cuenta con un enorme mapa de las zonas circundantes, de modo que podéis elegir vuestra ruta a pie o simplemente orientaros un poco. Las bicicletas se pueden alquilar en la misma granja.
¿Y el precio?. Baratísimo, 30 euros la noche para los adultos, con desayuno incluido. El mejor lugar para pasar un poco de turismo rural en Bélgica.