La Abadía de la Paz de Dios en Amay, la Valonia
La ciudad de Amay, en la región de la Valonia, es un lugar lleno de interesantes atracciones turísticas. Muchos de los turistas vienen hasta aquí para visitar el Castillo de Jehay, muy cerquita de Huy, pero nosotros hoy nos queremos detener en otro de sus grandes atractivos. Se trata de la Abadía de la Pax Dieu, que en roman paladino sería algo así como la Abadía de la Paz de Dios.
En esta abadía no os resulte extraño encontrar la nueva oficina de turismo de la zona del Hesbaye-Meuse, con lo que así podemos matar dos pájaros de un tiro. Después de una pequeña parada en la cafetería, que os la recomiendo por la excelente relación calidad-precio, visitamos esta antigua abadía, abandonada después de la Revolución francesa.
A pesar del abandono, la región valona se percató de que estábamos ante uno de sus principales atractivos, por lo que rápidamente fue restaurada gracias a un numeroso gremio de artesanos. La primera cita dentro de la abadía la tenemos con un pequeño museo, que nos habla un poco más de los que habitaron esta abadía y los trabajos de restauración llevados a cabo en el edificio.
A continuación tenemos la oportunidad de tomar unas bicicletas para recorrer un camino de flechas verdes pintadas en el suelo, que serán las señalizaciones que tenemos que seguir para continuar nuestra visita. La próxima parada es Ampsin, unos hornos de cal antiguos. Aquí se puede visitar el Museo Masters of Fire, donde aprender cómo se usaba en la Edad Media el fuego, las chimeneas y el carbón de leña.
El camino de flechas verdes pintadas en el suelo continúa junto a la vía férrea, y, atravesando un campamento militar, nos lleva concretamente hasta la ciudad de Amay, muy pequeña a simple vista pero que os sorprenderá, ya que está llena de tesoros. Nada más verla nos percatamos tanto de los viñedos que rodean sus colinas, como de sus plazas y monumentos.
Desde allí tenemos una preciosa vista de la Abadía de la Paz de Dios. Un lugar pequeño pero que encantará sobre todo a los más pequeños. Incluso es un destino ideal para celebrar alguna boda o algún banquete familiar de cualquier tipo, con capacidad para 500 personas. Y es que esta abadía cisterciense del siglo XVIII se ha convertido en uno de los grandes lugares de celebraciones de la zona.
Quizás tengamos que ir pensando en hablar bien pronto de una ciudad como Amay.
Foto Vía Paulus