Lugares curiosos de Brujas

Molinos de Brujas

Hay lugares en la preciosa ciudad de Brujas que ni te imaginas, rincones que vale la pena descubrir, más allá de las visitas típicas y obligatorias (aunque no por ello menos fascinantes) al Grote Markt, la torre Belfort, el Ayuntamiento, la Catedral y a los canales.

Uno de estos lugares es la zona de Kruisvest, al este de la ciudad, donde se conservan cuatro magníficos molinos que recortan el cielo con su curiosa estampa. El lugar además es encantador, lleno de verde hierba y con un paseo arbolado, por lo que suele ser bastante frecuentado por los belgas para hacer footing, y pasear o jugar con los niños (o con los perros).

Dos de estos gigantes con aspas pueden visitarse, el Sint-Janshuismolen y el Koeleweimolen. Subir no es apto para gente con vértigo, pues se asciende por una escalera casi vertical y hay que mirar bien donde se pisa. Arriba la vista panorámica es bonita y es muy interesante ver un molino por dentro, con sus mecanismos y su suelo de tablas de madera algo inestable. En el de Sint-Janshuismolen tienen la pared llena de postales y fotos de molinos de todo el mundo. ¡Qué curioso!

Otro rincón que no debéis perderos es el Begijnhof y el Minnewater (Lago del Amor), un auténtico remanso de paz en esta ciudad tomada por los turistas. Al sur del centro se abre este espacio sosegado, en el que puedes sentarte a observar los reflejos fascinantes del agua del lago, asustar a los patos (a los cisnes es mejor no acercarse), pasear entre los árboles o impregnarte de la paz del Begijnhof.

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