De Koninck, la cerveza belga de Amberes

Cerveza de Koninck

Uno de los productos nacionales del país belga es la cerveza, y en Amberes lo es, sin duda, la cerveza De Koninck. Numerosas son las fábricas que se distribuyen por toda Bélgica. La elaboración de este producto es todo un acontecimiento y las tabernas repartidas en la totalidad de las ciudades están siempre abarrotadas de gente, sea cual sea la época del año.

Es díficil escoger un lugar como ejemplo de fabricación de cerveza, pero nosotros nos hemos decidido por la fábrica De Koninck, en Amberes, una de las más conocidas del país y la única fábrica existente en la ciudad, que este año 2008 cumple 175 años de existencia.

Cervezas De Koninck

Cervezas De Koninck

Historia de la cervecería De Koninck

A cualquier ciudadano de Amberes que le preguntemos qué podemos visitar en la ciudad nos incluirá en su recorrido la fabrica de cerveza De Koninck. La historia de esa fábrica empezó en 1827, cuando Joseph Henricus de Koninck compró la casa de Plaisante Hof, al norte de Amberes. Joseph murió poco después y fue su viuda, Elisabet Copp, quien se encargó del negocio en 1833, casándose nuevamente con el capataz del almacén Johannes Vervliet, quien decidió convertir la casa en una fábrica de cerveza .

En 1845, el hijo mayor de Elisabet, Carolus de Koninck, se hizo cargo de la empresa. A partir de aquí, comenzó a extenderse la fama de esta industria cervecera, gracias a la fermentación de su producto. Desde 1912, la fábrica se denominó Charles de Koninck, aunque tuvo que cerrar su producción por mor de la Primera Guerra Mundial. Tras esta, volvió a abrir sus puertas con la ayuda de Joseph van den Bogaert, un ilustre hombre cervecero, que le dio un importante auge a la fábrica.

Hoy la industria está dirigida precisamente por los nietos de Van den Bogaert, garantizando la producción y la realización tradicional de esta cerveza.

Incluso, estrenaron recientemente un centro cervecero, Beer Experience Centre De Koninck con salas temáticas y multisensoriales que harán vuestras delicias en el paladar.

Más información: Centro Experimental de la cerveza De Koninck

Elaboración de la cerveza De Koninck

Cuatro son las materias primas necesarias para la elaboración de la cerveza belga: cebada, agua, lúpulo y levadura. El método de elaboración de la cerveza De Koninck transcurre en seis etapas, que os detallamos brevemente a continuación.

En la recepción de la fábrica se lleva a cabo el proceso de la vieja malta. Aquí la cebada se prepara para la elaboración de la cerveza, rociándose con agua, a fin de que comience a germinar. La germinación dura entre 3 y 5 días en un horno de secado a alta temperatura. La temperatura determinará el tipo de malta que se quiere obtener, o bien pálido, o bien oscura, y por tanto determina el color que llevará la cerveza.

Proceso de enfriado en la fábrica De Koninck

Proceso de enfriado

Una vez que se obtiene la malta de la cerveza se lleva hasta el molino de la fábrica. La malta de la cebada es aplastada por la piedra del molino, sin eliminar del todo la cáscara de la cebada. En la fábrica De Koninck hay concretamente dos molinos que realizan este trabajo. El resultado se mezcla con agua pura, a una temperatura controlada a través de varias etapas. Cuando hay una masa lista, la temperatura provoca que se separe del grano una especie de azúcar líquido, conocido como el mosto de la cerveza. Este mosto pasa entonces a una caldera, y durante su ebullición se le añade el lúpulo.

El lúpulo es fundamental para la perfecta elaboración de esta cerveza. Las flores del lúpulo contienen un polvo de color amarillo llamado lupulina. Este polvo contiene a su vez una resina aceitosa y muy aromática que da a la cerveza su sabor indiscutible. También la flor del lúpulo ayuda a la conservación de la malta de la cerveza. Cualquier bacteria desaparece en el proceso de ebullición en el que se añade el lúpulo. Después de esto, el mosto se aparta y se deja enfriar.

Cuando el mosto está frío comienza el proceso de la fermentación, en el que se usa un cultivo puro de verduras. Es aquí cuando el azúcar fermentable se convierte en alcohol. Las cervezas De Koninck son cervezas de alta fermentación, lo que significa que son fermentadas a una temperatura más alta, entre 25 y 27 grados, mientras que la parte más baja de fermentación se suele realizar a 15 grados. A 27 grados, la levadura sube a la superficie después de algún tiempo, mientras que a baja temperatura, la levadura quedará en el fondo.

Después de la fermentación, la cerveza se enfría y se acondiciona por debajo de los cero grados, para que madure. Para evitar cualquier riesgo en materia de higiene, la cerveza recibe un tratamiento extra de esterilización pasando por un filtro. Una vez filtrada, la cerveza se almacena en tanques de enfriado con dióxido de carbono para aumentar su durabilidad y estabilidad. Ya por último, sólo queda el proceso de embotellado o almacenamiento en barriles, para que podáis degustar un vaso de cerveza De Koninck.

Así pues, no dejéis de probar esta cerveza o cualquiera de las más de 400 variedades de este producto que os encontraréis por todo el país. Todo un lujo.

De ruta cervecera…

Ya que estáis por Amberes os recomiendo visitar la cervecería Kulminator, un lugar donde podréis disfrutar a vuestras anchas de toda una amplia carta de cervezas.

Para conocerla mejor: visita a la cervecería Kulminator

También os recomiendo, si vuestro viaje se complementa con una estancia en Bruselas, que hagáis alguno de los tours programados que se hacen por la capital belga, en la que se combina un paseo por la ciudad, con frecuentes paradas a las más típicas cervecerías y degustaciones variadas.

Para más información y reserva: tour de cervezas por Bruselas

Foto principal vía VisitFlanders

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