Un paseo por el Bosque de Soignes
Hayas majestuosas, estanques perdidos en la niebla de la mañana, caminos que se convierten en paseos de cuentos de hadas… En otoño e invierno, el Bosque de Soignes es una verdadera feria de la belleza. Dicen los belgas que en este bosque es donde renace la esperanza, el verde. Han venido más ciervos y más tejones, además de otros pequeños mamíferos a vivir aquí.
Muchos dicen que la mejor época para visitarlo está entre finales de octubre y finales de noviembre. Pero nostros creemos que cualquier época es buena para pasear por el Bosque de Soignes. La Abadía de Rouge Cloitre en Auderghem es todo lo que queda de los siete conventos que una vez hubo en Soignes. La región de Bruselas quiso crear un espacio dedicado al arte y la artesanía, para que los niños se acercaran no sólo a jugar en el parque.
Es muy fácil de aparcar por los alrededores. Tenéis que venir por el camino de Wavre, donde al fondo encontraréis el l’Etang du Moulin. En esta zona hay posibilidad de hacer muchas rutas y paseos. Todas ellas están señalizadas con colores, que indican la longitud en kilómetros. Fondo verde cinco kilómetros, fondo azul diez kilómetros y fondo rojo veinte kilómetros.
Hoy hemos optado por la ruta de fondo azul, aquella que, tras dejar el lago, sigue a la derecha y pasamos bajo el viaducto de la carretera de Wavre hasta entrar en el bosque. Desde aquí el camino se sumerge rápidamente para convertirse en un sendero a lo largo de un arroyo sinuoso.
En este valle escondido el silencio se hace enorme e impresionante. Parece difícil de creer que el ruido de la ciudad y el tráfico esté tan cerca. Luego el camino se eleva y nos conduce por una vereda mucho más amplia. Al acercarnos a la famosa encrucijada de Leonard, aumenta un poco el ruido, pero vuelve de nuevo a desaparecer a medida que nos hundimos otra vez en el bosque. Hasta el final de nuestro trayecto, los valles protegidos se alternan con majestuosas formas boscosas.
Información adicional
Si queréis encontrar folletos y mapas de los senderos del Bosque de Soignes los podéis pedir en la Oficina de Medio Ambiente de Bruselas Gulledelle. Para comer, podéis hacerlo en Rouge Cloitre, donde veréis la terraza La Vita e Bella, que vende aperitivos y bebidas todos los fines de semana. Y si queréis más diversión, acercaros a los jardines de Jean Massart, que abre todos los fines de semana.
Foto Vía Flickr