Poperinge, la ciudad del lúpulo en Bélgica

Poperinge

En sus cuatro puntos cardinales, Bélgica es un dechado de virtudes turísticas para los curiosos viajeros. Al oeste del país no sólo existe Brujas, sino que podemos hacer un bonito recorrido por la costa, o bajando hacia los límites de la frontera francesa, visitando Kortrijk, Ieper o, nuestra protagonista de hoy, Poperinge.

Poperinge está situada a unos doce kilómetros al oeste de Ieper, ochenta kilómetros al sur de Brujas, lindando ya con la frontera francesa. Es un lugar sumamente interesante, ya que, además de su arquitectura, y ser la primera ciudad que uno se encuentra tras pasar en coche la frontera desde Francia, alberga muchas curiosidades. Por ejemplo, ¿sabíais que en Poperinge nació Dirk Frimout, el primer astronauta de Bélgica?.

A pesar de su cercanía con Francia, en Poperinge se habla neerlandés, aunque no tendréis problemas para que os entiendan en francés, que usan mucho más que el inglés. Precisamente los ingleses recuerdan mucho Poperinge, ya que durante la Primera Guerra Mundial fue utilizado por las tropas británicas como línea de descanso tras la zona de batalla.

Es por ello que paseando por la ciudad veréis muchos recuerdos de aquella terrible contienda. El corazón de Poperinge es la Grote Markt, rodeada de bares, tiendas y restaurantes, en la que se puede disfrutar del impresionante edificio del Ayuntamiento, una gran mole de piedra oscura, de los pocos edificios góticos que se salvaron tras los bombardeos de la Primera Guerra Mundial. En esta plaza encontraréis una oficina de turismo para que os puedan dar información de la ciudad y sus alrededores.

A partir de ahí se suceden una serie de pequeñas callejuelas, con casas y edificios elegante, muy pintorescos. A pocos kilómetros del centro histórico de Poperinge se sitúan los cementerios militares de la ciudad, que albergan los restos de muchos de los soldados británicos que cayeron durante la guerra. Toda esta zona está llena de rincones que recuerdan las Guerras Mundiales: Ieper, Dunkerke, Veurne…

Poperinge es también la ciudad del lúpulo, ese elemento tan fundamental para la elaboración de una buena cerveza. Si venís en coche, ya veréis cómo los campos de los alrededores de los alrededores están llenos de este cultivo. Además, en la propia ciudad podéis visitar el Museo del Lúpulo, para conocer un poco más de las propiedades de esta materia prima.

Poperinge es una pequeña ciudad encantadora, llena de muchos recuerdos tristes, sí, pero muy pintoresca y que hoy, llena de vida, os terminará gustando.

Foto Vía Ppsimons

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