La Catedral de Ypres y la Primera Guerra Mundial

Catedral de Ypres

Posiblemente a muchos os suene la ciudad de Ypres (o Ieper en neerlandés) por la batalla que se produjo en sus alrededores durante la Primera Guerra Mundial. La ciudad quedó completamente arrasada, y fue el primer lugar del mundo en el que se usó gas venenoso como armamento químico.

Hoy, casi un siglo después de aquello, Ypres se levanta como una de las ciudades más grandes del Flandes Occidental. Afortunadamente la mayoría de sus edificios lograron reconstruirse, sobre todo los más emblemáticos: la Lakenhalle, la Iglesia de San Nicolás y la magnífica Catedral de San Martín.

Situada en la Grote Markt, precisamente esta iglesia fue reconstruida tras la contienda bélica con gran detalle y esmero. Se recogieron sus restos para que ellos mismos fueran los que formaran parte del edificio. Hoy se levanta majestuosa, como uno de los edificios más elegantes de Bélgica.

La catedral original fue construida en el siglo XIII (aunque las obras no concluyeron del todo hasta dos siglos después). De aquella iglesia solo quedaron en 1915 algunas paredes desnudas, el pórtico y poco más. Hoy, algunas de las piezas destruidas, pueden verse en el lapidarium, un lugar cercano en el que se exponen algunas piedras de la vieja catedral.

Si pasáis al interior veréis muchos recuerdos de aquella destrucción, sobre todo fotografías antiguas de cómo era y cómo quedó, situadas en la parte posterior del altar. Por lo demás, también pueden visitarse otros elementos, como la nave central y las diferentes capillas laterales.

Entre estas capillas hay que destacar la de Nuestra Señora de Thuyne, patrona de Ypres, con su altar de madera de finales del siglo XIV. La imagen de la Virgen tiene mucha devoción en la ciudad, de ahí que seguramente veáis mucha gente rezando a sus pies.

Bajo el órgano hay un monumento que recuerda a los soldados británicos que murieron durante la Primera Guerra Mundial.

Posiblemente lo que más os impresionará sea ver cómo pudo reconstruirse este templo después de apreciar cómo quedó tras la guerra. Apenas quedó nada de él en pie. Hoy, afortunadamente, es una de las iglesias góticas más hermosas de Bélgica.

Foto Vía Western Front

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