Las siete maravillas de Bélgica
Los Países Bajos han sido la cuna del arte flamenco, un arte que surgió de unos talleres artísticos que estaban situados a lo largo del Escalda y por toda la frontera franco-belga. Sin embargo, fue en época carolingia cuando Bélgica comenzó a destacar por su arte religioso. De Tournai salió la primera arquitectura civil románica, y Lieja fue centro de una escuela muy importante de artistas.
La Adoración del Cordero Místico
Bélgica creció artísticamente, y de su pasado nos han quedado auténticas joyas en forma de cuadros, escultura o arquitectura, pero fue en el año 1978 cuando el Comisariado General de Turismo publicó un libro nombrando a siete obras maestras conservadas en el país como las siete maravillas de Bélgica.
¿Cuáles son las siete maravillas de Bélgica en materia artística?
En aquel libro, Sept Marveilles du Belgique, se dio la siguiente lista:
- La Pila bautismal de Rainiero de Huy, situada en la iglesia de San Bartolomé de Lieja, y tallada entre los años 1107 y 1118.
- La caja de Notre Dame, de Nicolás de Verdú, que se encuentra en el Tesoro de la catedral de Tournai y construida durante el año 1.200.
- El Tesoro de Orfebrería, de Hugo d’Oignies, realizado en el año 1230, que se encuentra en la Maison des Soeurs de Notre Dame de Namur.
- El políptico del Cordero Místico, de los hermanos Van Eyck, dentro de la Catedral de Saints Baafs en Gante.
- La Caja de Santa Ursula, de Hans Memling, del año 1489, que se encuentra en el hospital de Sint Jan en Brujas.
- El Paisaje con la caída de Icaro, del Museo d’Art Ancien de Bruselas, de Pieter Brueghel el Viejo, del año 1550.
- El Descendimiento de la Cruz que se encuentra en la catedral de Amberes, pintado por Peter Paul Rubens en el año 1612 es la última de esta 7 maravillas de Bélgica.
El Descendimiento de la Cruz, de Rubens