La historia de Brujas, la Venecia del norte
Hoy, con este artículo, queremos comenzar a acercaros históricamente a las grandes ciudades de este hermoso país que es Bélgica. Estamos descubriendo verdaderas maravillas en el plano turístico, y eso contando con que es uno de los países más pequeños de Europa.
Pero, además del turismo, hay otro plano que a mí particularmente me interesa mucho cada vez que viajo a algún lugar. Y es que, siempre que planeo algún viaje, me gusta conocer un poco la historia de mi próximo destino. Es por eso que hoy comenzamos a descubriros brevemente la historia de una ciudad como Brujas.
Historia de Brujas, Bélgica
Brujas fue fundada en el siglo IX por los vikingos, quienes se asentaron aquí a final del río Reie. El nombre de Brujas probablemente proviene de la antigua palabra escandinava Brygga, que significa puerto o lugar de amarre. Debido a la proximidad del Mar del Norte, Brujas se convirtió muy pronto en un importante puerto comercial. Un brazo de mar, el Zwin, conecta Brujas precisamente con el Mar del Norte.
En el siglo XII, ya como una ciudad de pleno derecho, se construyeron las primeras murallas de la ciudad. El comercio fue cada vez mayor, por lo que la seguridad defensiva que pudiera tener la ciudad debía aumentar. En el siglo XIV Brujas se convirtió en el punto de partida de una importante ruta comercial por carretera hasta la región de Renania, atravesando Lovaina y Bruselas.
A partir del siglo XIII los comerciantes más conocidos de todo el mundo llegaban a la ciudad para vender sus productos y para comerciar con la lana y los paños flamencos. La industria textil belga era una de las más aclamadas de la época. A principios del siglo XIV, Brujas fue el escenario de las agitaciones políticas entre los ciudadanos y los condes de Flandes.
A causa de este malestar, el rey francés trató de anexionarse el condado de Flandes, pero la población logró expulsar a los galos el 18 de mayo de 1302. Más tarde, los franceses fueron definitivamente derrotados en la Batalla de las Espuelas de Oro, el 11 de julio del mismo año, en la ciudad flamenca de Kortrijk.
En el siglo XIV Brujas también se convirtió en un importante centro financiero internacional. Varios países llegaron a Brujas para convertir sus finanzas. Italianos, alemanes, escoceses y españoles hicieron de Brujas su auténtico centro comercial, donde se podían oír una gran cantidad de idiomas y se podían encontrar los productos más exóticos.
El declive de Brujas se inició en el siglo XV. La sedimentación del Zwin, la competencia con el enorme puerto de Amberes y la crisis de la industria textil propició que decreciera el comercio. Aún así, la crisis no fue percibida de inmediato. Brujas logró construir todavía enormes edificios góticos, tales como las iglesias, así como acogió grandes escuelas flamencas de pintura, con los hermanos Van Eyck o Hans Memling, y artísticamente llegó a florecer como nunca.
A finales del siglo XVI, la antigua gloria de la ciudad sólo estaba en la memoria de sus habitantes. Desde entonces y hasta el siglo XIX, Brujas vivió del pasado. Nuevas industrias textiles fueron introducidas en el XIX, pero todo volvió a ser en vano. A mediados del mismo XIX Brujas era una de las ciudades más pobres de Bélgica.
Sin embargo, en el siglo XX la ciudad volvió a cobrar vida. Y todo ello gracias a que fue descubierta para el turismo internacional. Hoy en día los hoteles en Brujas están llenos de turistas deseando recorrer sus calles, sus canales. El patrimonio medieval se convirtió en una nueva fuente de riqueza, y vino a conocerse como la Venecia del norte. Además se construyó el nuevo puerto de Brujas, el Zeebrugge, a las afueras, hecho que aún hoy hace de esta ciudad una de las más interesantes, si no la que más, de todo el país.
- Más información de la ciudad: guía de turismo en Brujas.
impresionantes fotos
Gracias Marisol. Me alegro que te gusten :)
Un saludo.
excelente , pero disculpa podrias regalarme las referencias