La batalla de Waterloo, el fin del Emperador

Batalla de Waterloo

A las 9,30 h. de la mañana de aquel 18 de junio de 1815 Blücher mandó un comunicado a Wellington indicando que se unía a la batalla en el transcurso del día. El tiempo se erigía desde ese momento en el elemento decisivo para el devenir de la batalla, pues Napoleón habría de conseguir la victoria antes de que los prusianos llegaran al campo de batalla de Waterloo.

Comienza la batalla de Waterloo

Grouchy, apostado frente a las tropas prusianas, quizás por la falta de instrucciones precisas o bien por su inexperiencia al mando único, fue incapaz de detenerlos y de ese modo Blücher vio el camino expedito hasta Waterloo.

Mientras tanto, Napoleón, sin la constancia clara de que los prusianos habían superado el cerco de Grouchy, había decidido esperar a que el terreno se secara, en principio hasta las 11 de la mañana, aunque no fue sino hasta algo antes de las 12 cuando la división de Jerome Bonaparte atacó Hougoumont.

En el ataque al fuerte, uno de los principales bastiones defensivos aliados, las tropas bonapartistas se encontraron frente a una descarga de mosquetes británicos y una carga de la caballería de Lord Uxbridge, a la que respondieron con un intenso fuego de artillería.

Aun cuando aquella acción supuso una primera victoria francesa, el tiempo y el material utilizado superó con creces a lo previsto inicialmente lo que supuso un importante retraso en el ataque definitivo, en aquella carrera contrarreloj que venían definiendo los franceses.

Fue a las 13,30 h. cuando las tropas napoleónicas comandadas por D’Erlon atacaron la cima del monte St. Jean donde se apostaba el grueso de las tropas de Wellington. Aquel primer ataque fue rechazado por la artillería británica y finalmente las tropas escocesas de la Royal Scots Greys persiguieron y tomaron las baterías francesas usadas en ese ataque. Hubo de ser la Caballería Imperial de Napoleón la que hiciera retroceder nuevamente a los aliados, momento éste que malinterpretó Ney cuando a las 16,30 h. decidió lanzar contra ellos una carga de 10.000 soldados.

En un terreno embarrado la caballería resultaba poco práctica y frente a ellos se apostaba todo un batallón de soldados ingleses que masacraron a los franceses cuando éstos, además, intentaron un segundo asalto.

A las 19 h. los prusianos se unieron a la batalla dando el giro definitivo hacia el bando aliado. Blücher atacó el flanco derecho francés; éstos hubieron de replegarse hacia el centro, y aunque desde aquí Napoleón lanzó a los 11 batallones contra ellos, al final los prusianos consiguieron traspasar la línea y unirse a los británicos.

El último ataque de Napoleón fue a las 7 de la tarde contra ese ejército unido, en La Haye Sainte, cuando lanzó contra ellos a su famosa y temida Guardia Imperial. Sin embargo, fueron recibidos por 1.500 infantes que los atacaron por ambos flancos, obligándolos, por primera vez en su historia, a retroceder.

Con el avance general de las tropas de Wellington y la persecución de la caballería prusiana, Napoleón hubo de retirarse y volver a París donde le obligaron a abdicar y devolver el mando, antes de ser nuevamente exiliado, esta vez a Santa Elena, donde pasaría el resto de sus días.

200 años han pasado de aquella batalla. Hoy es el bicentenario de aquel hecho histórico, y Waterloo se apresta a hacer su celebración más colorida y concurrida. 6.200 actores representando a 52 países diferentes; 118.000 espectadores esperados en las dos recreaciones; 2.500 kilos de pólvora que se gastarán en los combates; 330 caballos… y éstos son solo algunos de los datos de esta recreación histórica que se prepara.

A las 22,30 h. el espectáculo nocturno «Infierno» dará comienzo. Desde aquí, desde Waterloo, espero poderos contar mañana mis impresiones.

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