Namur, entre el Mosa y el Sambre

Calma en el Mosa en Namur

Curiosamente Namur no estaba en mi plan de viaje, pero viajaba de Bruselas a Luxemburgo por tren, cuando una de las paradas fue esta bella ciudad barroca. Algo había oído de que merecía la pena verla, pero aquella vista que tuve en esa breve parada en la estación me decidió a bajarme rápidamente para emplear algo de mi tiempo en verla. Aquella fue mi primera visita de varias a Namur.

Primera impresión de Namur

Antes de hacer el recorrido por Namur, os contaré que la vista desde la estación me ofrecía una ciudad que se extendía a los pies de una ciudadela, y separando ambas, los cauces de los ríos Sambre y Mosa.

Namur es la capital de la región del mismo nombre, una ciudad que presume de bellos monumentos barrocos, y museos, que se hizo fuerte gracias a su emplazamiento y la situación de su ciudadela, y que sólo perdió su independencia en una ocasión cuando estuvo bajo el mando de las tropas napoleónicas entre 1794 y 1814.

Comenzamos el recorrido

Suponiendo que habéis llegado en tren, comenzaremos el recorrido desde la plaza de la Estación. Justo enfrente tenéis la Rue Godefroid y a vuestra izquierda la avenida de la Gare. Coged ésta última hasta que encontréis la oficina de turismo, en la confluencia de la avenida con Rue Borgnet y Rue de Fer. Torced a la derecha desde la avenida de la Gare, y caminad por Rue de Fer. Aquí podéis empezar con varias visitas:

  • Ayuntamiento
  • Museo des Arts Anciens de Namur en el que tienen muchos tesoros de la época medieval. Destaca sobre todos el «Reposo de Cristo«, una obra hecha en plata del siglo XV.
  • Iglesia de St. Joseph del año 1650.

Cruzando la Rue St.Jacques, justo a continuación entraréis en la calle más comercial de Namur, la Rue l’Ange, en la que destaca su fuente central del año 1794, y en la que podréis admirar sus bonitas casas de los siglos XVII-XVIII. Un poco más adelante se encuentra la iglesia de St. Jean del año 1547.

Perpendicular a la Rue de l’Ange, hacia su mitad más o menos, a mano derecha tenéis la Rue de la Croix. Esa calle totalmente recto os sacará hasta una gran plaza en la que podréis ver:

  • La Catedral de St. Aubin, de estilo neoclásico, reedificada a mediados del siglo XVIII, aunque su torre se conserva desde el siglo XIII.
  • Museo Diocesano
  • la Prefectura

La Rue del Seminario os sacará de la plaza hacia el río Sambre, que podréis cruzar por el puente de l’Eveché y os llevará hacia la larguísima pero preciosa Route des Panorames, un camino que os llevará a través del Parque de la Ciudadela y que acaba precisamente en la Ciudadela. Disfrutad de los paisajes que desde allí se observan, y de la unión de los ríos Mosa y Sambre justo a sus pies.

Pont de Jambes en Namur

Para bajar de nuevo a la ciudad podéis coger un teleférico que os deja en la place Pied-du-Chateau. Allí podréis hacer las últimas visitas de la ciudad antes de encaminaros nuevamente a la estación de tren, pues entre otras cosas tenéis una de las siete maravillas de Bélgica: el Tesoro del Priorato de Oignies. El Trésor du prieuré d’Oignies contiene una magnífica platería de Hugo d’Oignies del siglo XIII, como el evangelario, el cáliz o el relicario de San Pedro.

Cerca están el Boffroi, un torreón del año 1388, y la iglesia de Notre Dame, del 1756.

Como os digo, es una visita que podréis hacer perfectamente en un día, aunque si queréis profundizar en sus muchas obras de artes y edificios barrocos, necesitaréis algo más.

De Bruselas a Namur

Lo más sencillo es en tren. Salen cada media hora de Bruselas-Midi, y el trayecto dura poco más de una hora. El precio del viaje para adulto es de 7,70

PARA SABER MÁS…

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