El Castillo de Elewijt, última residencia de Rubens
Sus últimos cinco años de vida los pasa el genial pintor Rubens en el Castillo de Elewijt. Lo compró precisamente en 1635 (Rubens fallecería el 30 de mayo de 1640) para retirarse un poco del mundanal ruido. Siempre había dicho en vida que le gustaba el campo, y en sus años finales logró cumplir su sueño.
Hoy precisamente podemos ir hasta la pequeña Elewijt, veinte kilómetros al norte de Bruselas, y visitar la última residencia de Rubens. Su nombre oficial es Het Steen o Castillo de Rubens que, al estar rodeado de una exuberante naturaleza, propició que los cuadros finales del pintor estuvieran empapados de paisajes.
El Castillo de Elewijt fue construido pocos años antes de que Rubens lo comprara. Una pena que hoy no podamos visitar su interior para recorrer los pasillos y habitaciones en los que se movió el artista holandés, aunque sí se pueden organizar todo tipo de eventos tanto en los alrededores como en el propio interior.
El aspecto de la residencia es muy llamativo. De estilo renacentista flamenco, está rodeado de hermosos jardines y una naturaleza fascinante, aunque un tanto nostálgica. A la muerte del pintor, fue su segunda esposa, Helena Fourment, quien se quedó con la posesión del castillo.
Actualmente es de propiedad privada y, como decimos, no se puede visitar, pero a la muerte de Helena pasó a manos del estado, quien incluso lo usó como prisión estatal hasta finales del XVIII.
Muchas de las familias elegantes de Bruselas escogen los jardines del Castillo de Elewijt para organizar algunos eventos de interés. También hay parejas de recién casados que se acercan hasta aquí para hacerse el típico reportaje de bodas. Realmente es un escenario maravilloso.
No es de extrañar, por tanto, que Rubens escogiera este lugar tan idílico para pasar los últimos años de su vida. Tanto es así que adquirió la inspiración necesaria para sus obras. Si veis los últimos cuadros que pintó observaréis cómo están inundados de la naturaleza de Elewijt.
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