Ghlin, la ciudad de los árboles gigantes

Nuestra Señora del Molino de Ghlin

En la región de Mons hay un pequeño pueblo, que no llega a los 9000 habitantes, cuyo nombre es Ghlin. Su nombre parece derivar de la palabra celta Glyn o Gwlin, que significa valle arbolado en alto. Pocas personas conocen en Bélgica que a los habitantes de esta zona se les conoce como Los Cortadores de Artoilles, un apodo que viene de no hace mucho tiempo.

Todo comenzó cuando dos vecinos no hacían más que pelearse. Un día, uno de ellos estaba trabajando en el jardín, y en una de estas, excavando con la pala, se cortó un dedo del pie. Desde entonces, a modo de burla, a los habitantes de Ghlin se les conoce como cortadores de artoilles (artoilles, en el dialecto de la región, quiere decir dedo del pie).

Desde la edad del bronce se han hallado aquí asentamientos humanos. De ahí hay que trasladarse hasta el altar de Saint Gery de Cambrai, que data del 974. En aquella época el señorío de Ghlin pertenecía a la familia Condé, pasando en 1385 a manos de la familia Havré.

En la alta Edad Media, Ghlin era sólo un poblado de casas de madera. Sus habitantes se dedicaban exclusivamente a la extracción de madera de los bosques cercanos, y minerales como la tiza. Desde 1750 hasta 1859 también funcionó aquí una fábrica que realizaba vidrio. A partir del siglo XIX, la industria se centra en la fabricación de cerveza y carbón. Tanto es así que pasó a convertirse en la segunda residencia de la alta burguesía belga. Esto explica el hecho de que se construyeran varios castillos en la región.

Parque de Joncquoy

Hoy en día, Ghlin ha mantenido esta serenidad de hace dos siglos. Sus bosques, declarados como reserva natural, y su calma y tranquilidad, lo hacen un lugar muy acogedor. La región de Mons tiene muchas capillas dedicadas a Nuestra Señora. Entre ellas la más famosa es la Catedral de Notre Dame de Moulineau en Ghlin. Y no precisamente por su grandeza, porque apenas tiene seis metros de largo y cuatro de ancho. Es coqueta y muy bonita, con su arquitectura de piedra azul, de tradición gótica.

En en el siglo XV, un monje ermitaño que vivía en los bosques de Ghlin construyó una celda y un oratorio dedicado a la Virgen María. Este santuario fue construido cerca de un arroyo donde había un molino de viento, por lo que la capilla tomó el nombre de Nuestra Señora del Molino. En 1615 la peste asoló la región y diezmó a la población.

Cuenta la leyenda que la Virgen del Molino liberó a Mons de la enfermedad. Para recordar ese día, los habitantes de Mons celebran una procesión en su nombre. Esta procesión se celebra en Ghlin cada 15 de agosto. El día de la procesión, los habitantes de la ciudad salen a las puertas de sus casas con flores para recibir a la Virgen. Todas sus calles se visten de pétalos de flores.

Otro lugar que podéis visitar en Ghlin es el Parque Joncquoy, el cual albergó un castillo hasta que fue demolido en 1992. Cubre un área de cuatro hectáreas, y cuenta con una gran cantidad de árboles de gran tamaño. Entre ellos una magnolia de 3,20 metros de circunferencia de su tronco y más de 15 metros de alto. El parque abre todos los días, incluidos los fines de semana.

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