Raeren, el reino de la ceramica belga
En la ciudad de Raeren, de la provincia de Lieja, la mitad de sus más de diez mil habitantes son ciudadanos alemanes. Lugar fronterizo con Alemania, es uno de los rincones del país belga en donde se habla alemán. Raeren fue muy famosa en los siglos XVI y XVII gracias a la cerámica de piedra arenisca, una técnica que se había utilizado en la zona de la Renania.
En la segunda mitad del siglo XVI, los artistas más famosos de Raeren eran Jan Emens y su discípulo Balden Mennicken. Originalmente se relacionaban con la cerámica de Colonia por el uso del color marrón vidriado. Sin embargo, la cerámica de Raeren tomó un estilo propio alrededor de 1585, cuando los alfareros comenzaron a utilizar un nuevo tipo de vidriado de color azul.
En el siglo XVII la técnica de Raeren se exportó a la región alemana de Westerwald. Poco a poco, los alfareros de Westerwald comenzaron a crear su propio estilo con la ayuda de la cerámica de Raeren. En 1820 todavía había veinte grandes hornos en la ciudad, empleando a más de 130 trabajadores.
Precisamente uno de sus principales atractivos radica en el Castillo de Raeren, una imponente fortaleza del siglo XIV. Allí en su interior podemos visitar el Museo de la Cerámica, en donde conocer todos los avatares de este noble arte, y el desarrollo que ha ido teniendo con el paso de los siglos en la ciudad. Cerámica romana y medieval y grandes colecciones de cerámica local que van del siglo XII al XX, además de cerámica de Renania de los siglos XII al XIX.
Como véis Raeren es un lugar ideal para conocer un poco de historia belga y alemana en uno. Y sobre todo un destino perfecto para los que busquen algo de tranquilidad, y tengan el noble arte menor de la cerámica como uno de sus principales hobbies.
Foto Vía Tripwolf