Bruselas, capital mundial del quitabarro

Quitabarro

La ciudad también sucede en los recovecos invisibles, donde han quedado señales de tiempos anteriores que esperan ser recuperadas. Como es el caso de los históricos quitabarros, diseminados a lo largo y a lo ancho de las calles de Bruselas. Algunos hace más de cuatro siglos que están construidos y se mantienen en perfectas condiciones, es claro que muy poca gente los usa, pero aun así son un lindo detalle arquitectónico.

Están construidos -obviamente- a poco centímetros del suelo, la mayoría con láminas de metal muy resistente, aunque también los hay de piedra. Es común verlos al costado de las puertas de los edificios de época, la idea era dejar afuera el barro, la nieve o cualquier mugre adherida al calzado.

Actualmente es un poco obsoleto ya que los zapatos nuevos tienen suelas modernas que, salvo en accidentes, no arrastran mayores problemas. Con un felpudo es suficiente.

Es cierto que hay quitabarros en toda Europa, pero en Bruselas la cantidad es verdaderamente grande y la variedad abrumadora, hay de estilo art decó, modernistas, funcionales, artesanales, barrocos, racionalistas, etc. Casi todos bien sencillos, pero si uno observa con atención va a encontrar piezas y ornamentos dignos de una obra de arte.

Con el tiempo, y por la falta de uso, muchos se han roto o fueron abandonados, algunos quitabarros son ahora únicamente un hueco en la pared. Visto la situación, el gobierno bruselense está ofreciendo subsidios para restaurarlos. En pleno centro de la ciudad tiene lugar una muestra fotográfica de Christophe Holemans, quién hizo más de mil tomas de distintos quitabarros, con la intención de instalar el tema y apoyar la iniciativa de ponerlos en valor. Es muy poco dinero el necesario y se recupera un elemento tradicional.

El historiador Laurence Rosier escribió en el catálogo de la muestra que Bruselas es sin duda la ciudad europea que ofrece la mayor variedad de modelos de quitabarros, y que ha llegado a formar escuela. Por ejemplo en Roma se han realizado reproducciones exactas de las piezas típicas bruselenses. Hay para todos los gustos -dice- los únicos que están prohibidos son los que estaban en plena calle. A partir de 1846 tuvieron que se removidos porque eran peligrosos para los peatones.

Foto vía: cincodias

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